¿Qué morirá cuando te hayas muerto?
Amenaza con restarte al mundo,
al de los tuyos, al de los que,
debiéramos extrañarte y llorar.
Que gusto, que autocomplacencia,
depositar tus restos impávidos
bajo una lustrosa lápida.
Todos los muertos fueron buenos.
Que muerte aquella, la que,
misericordiosa, te oculte al fin,
bajo cien paladas de tierra,
ya sin deudas ni reproches.
Que muerte, esa que tranza,
ignominiosa, la vida misma
y evita toda una vida, sepultada,
bajo cien paladas de excusas.
Que muerte, gran teatro,
sin actor para ser redimido,
y sin público para aplaudir
o largar un honesto llanto.
¿Qué morirá cuando hayas muerto?
más que la amenaza de faltarnos.
Esa promesa desvalijada y lastimosa
que será tu único rastro.
Vaya que fue lento el proceso para escribir este poema, lo tuyo es rescoldo no fogarón. Hermoso.
Me creerías si te digo que este fué vomitado explosívamente? De todos modos rienes razón….porque antes de tener la intención…qué manera de pensar el problema. 😉
Vaya, pensé que era del que hablamos hace unos meses. Abrazos.